UNA PEQUEÑA APORTACIÓN DESDE MI HUMILDE EXPERIENCIA, SOBRE COMO SE PUEDEN INTENTAR SOLUCIONAR LOS PEQUEÑOS PROBLEMAS DIARIOS QUE SE PRODUCEN EN LAS ESCUELAS.
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jueves, 18 de junio de 2015

ZARAGOZA NUNCA SE RINDE.

Hace ya dos años, hay que ver como pasa el tiempo, estuve en los playoffs que jugó CAI Zaragoza en Valencia. En el  primer partido, el equipo zaragozano encajó una dura derrota, cuarenta puntos de desventaja;  sin embargo, los aficionados que nos desplazamos, manifestamos nuestra seguridad en el regreso a la semana siguiente después  de forzar un tercer partido. Se produjo esa circunstancia y la elimimación del equipo che, lo que acarreó un pase a semifinales, que unos días antes a todo el mundo le parecía imposible. Aquí comencé a valorar el cántico que da título a esta entrada.
Esta semana después de un cero a tres adverso, el Real Zaragoza eliminaba al C.D. Girona, marcador que no se remontaba desde hace cincuenta años,con todos los aficionados  incrédulos ante esta situación que estábamos vivendo.  Ayer en la Romareda el cántico volvió a sonar, y un equipo que había acabado la liga regular con un juego ramplón, estaba transformado en otro capaz de realizar buen fútbol. Todo es gracias al convencimiento y a la elevación de la autoestima; la fe mueve montañas, y en estas dos anécdotas deportivas, queda más que claro, que es cierto.
En la escuela debemos aplicarnos el mismo axioma. Muchas veces el derrotismo puede con nosotros; las malas noticias, o al menos las que creemos que lo son, nos vencen,nos desaniman y nos llevan a bajar los brazos. Es cierto que, en algunos casos, son la excusa perfecta para camuflar nuestro acomodamiento, ocultándoselo incluso a nuestra propia conciencia. Pero los verdaderos profesionales, los maestros con una vocación auténtica, no se deben dejar vencer por las circunstancias adversas. Cuando las cosas vienen mal dadas, se analiza la situación, se reflexiona sobre las fortalezas y las debilidades ante la nueva realidad, y se actúa para sacar el máximo provecho posible de las nuevas circunstancias.
Si el cupo para el año próximo  no es el que teníamos el año anterior, debemos adecuarnos a lo que tenemos y así poder rendir al 110% con la nueva plantilla. Si de repente la Administración nos incluye un programa que el colegio no ha solicitado, debemos adecuarnos, intentar ver el lado positivo de ese encargo, seguro que alguno tiene, y centrarnos en el mismo, intentando a la vez minimizar las desventajas de la nueva situación.
No quiero decir con esto que no debamos protestar ante la merma de los recursos de un colegio, ni mucho menos;  debemos hacerlo, no podemos olvidar que esto repercute negativamente en los alumnos/as que son los verdaderos protagonistas del hecho educativo. Lo que sí que digo es, que no vale con protestar y quedarnos de brazos cruzados utilizando  como argumento la pérdida, debemos modificar las estructuras que hagan falta, para que los niños/as sufran esas reducciones lo mínimo posible. Desde esta situación, es desde donde tenemos la fuerza moral para hacernos oír y protestar con la cabeza muy alta. No debemos dudar en ningún momento, que como buenos profesionales, seremos capaces de dar la vuelta a cualquier situación, por muy adversa que se ponga, tenemos que utilizar al máximo nuestra imaginación didáctica para potenciarnos a nosotros como maestros. Este crecimiento ante las adversidades, será una de las mejores enseñanzas que jamás daremos a nuestros alumnos/as, más aún en una sociedad y unos tiempos como los que nos están tocando vivir.
Cuando la situación se ponga en contra, tenemos que luchar para dar la vuelta a la adversidad,   debemos recordar siempre, que "ZARAGOZA NUNCA SE RINDE".

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