miércoles, 7 de diciembre de 2016

Iñaki Gabilondo: "La educación prepara más para el mundo que se va que para el que está viniendo" Análisis

Estaba oyendo la reflexión de Iñaki Gabilondo sobre el Informe PISA, cuando mi amigo PP4mnk me lo ha resaltado en twitter. Hemos coincidido con el afamado periodista en la apreciación de que estamos preparando más a nuestros jóvenes para este mundo que se va,  que para el que está a las puertas, viniendo. Totalmente de acuerdo con Gabilondo , las sociedades tienden a ser inmovilistas y a mantener las estructuras que las sostienen. Es difícil de rehacer y sustituir una columna importante, y sin duda la educación es un pilar fundamental de las mismas.
Me he quedado perplejo con los comentarios que hacen en su blog personas de muy distinta índole, haciéndolos además, como "expertos" en el hecho educativo. Defienden que una etapa de austeridad es positiva, puesto que ha mejorado nuestros resultados según la OCDE. Comentan las ventajas que tenemos los alumnos de BUP frente a los que realizan el bachiller actual, puesto que según estos sesudos analistas, salíamos con más cantidad de contenidos adquiridos que actualmente. Lo que no sé, es  si asimilar adquirir con memorizar es muy defendible, pero sin duda para los que alaban la memorística sobre el entendimiento, para los que las ratios no tienen nada que ver y para los que creen que la educación ha involucionado metodológicamente en los últimos treinta años, es una evidencia.
 No hay nada más necio que comparar una misma realidad desde ángulos históricos diferentes. A principios del siglo XX, los médicos fumaban en las habitaciones de los enfermos dentro de los hospitales y se veía como algo natural. Pues bien, había menos diagnósticos de cáncer, y no por ello podemos inferir que el tabaco es una buena terapia contra los tumores. Quizá se deba, a que los elementos de análisis eran menos y más rudimentarios, y mucha gente moría sin saber que lo hacía a causa de esta terrible enfermedad. En educación han cambiado las cosas mucho menos que lo que deberían haberlo hecho, puesto que estamos en una sociedad que evoluciona no aritméticamente sino geométricamente, y el sistema educativo no lo hacen ni remotamente a su ritmo. No podemos utilizar los métodos de hace treinta años, aunque algunos nostálgicos les parezcan más eficientes. Es verdad que en aquellos tiempos se recurría mucho más que ahora a la memoria, pero también a los castigos físicos, que a veces eran escandalosamente brutales,  no  creo que sea la senda a recuperar, y una cosa iba ligada a la otra. Muchos de mis compañeros aprendíamos páginas enteras de memoria, sin entender nada; recuerdo la formulación de las reacciones que se producían en la pila de Volta,  por miedo a no recibir un señor sopapo de los que dejan la cara marcada. Por ahí no; debemos mirar hacia adelante y no hacia atrás, aunque los alumnos fueran capaces de recitar de carrerilla larguísimas fórmulas matemáticas.
Por otro lado, debemos pensar en el futuro, eso es lo que han hecho las sociedades mejor posicionadas en el famoso informe PISA, que muchos elevan a los altares. Se trata de las de los países asiáticos, y  allí de reducir la inversión en educación nada de nada. A nosotros no nos va tan bien, puesto que los resultados de las pruebas del informe actual son las de niños que comenzaron sus estudios hace trece años, no hace cuatro, y será en las siguientes cuando podamos culpar o no a la austeridad a la que hemos expuesto al sistema. Los alumnos/as que acaban de realizar las pruebas, vienen de un sistema educativo con una dotación presupuestaria adecuada, no excesiva, pero sí adecuada, ratios menores, sustituciones del profesorado a tiempo, escuela 2.0 etc. Así, que reducir presupuesto, no me parece que haya sido la causa de la ligera mejora de nuestro país.
Y en cuanto a los docentes,  no sé si estamos dispuestos a mirar hacia el futuro y asumir las consecuencias.
 Este curso estoy dejando a mis alumnos/as utilizar la calculadora para los cálculos más complejos. Se quedaron muy sorprendidos ¿Pero no llevamos todos en los bolsillos una  dentro de nuestro móvil? El no dejarles utilizarla no les hace precisamente más competentes para resolver situaciones complejas. No estoy diciendo que no deban aprender a realizar estos cálculos de forma manual. Claro que deben hacerlo, pero es más interesante  aprender a ver rápidamente la factorización de un número, a hacer multiplicaciones mastodónticas, y más cuando reitero que el instrumento viaja constantemente en nuestro bolsillo. No es como hace quince años cuando las calculadoras estaban en los despachos.
 Como docentes tenemos que ver las transformaciones de la sociedad y adaptar nuestros métodos a estos cambios, y se tiene que hacer en los detalles pequeños como el de la calculadora. No vale con realizar grandes propósitos, hay que llevar a cabo pequeños gestos.
Así que la educación anterior no era mejor que la actual, era distinta, puesto que atendía a realidades diferentes. No es cierto que sin dinero se obtengan mejores resultados. Sí, hay que adaptarse y adelantarse a lo que tiene que venir y no a lo que se fue. El que no esté convencido de estas afirmaciones, siempre puede montar un colegio con 40 alumnos por aula, utilizar la memoria como metodología principal de aprendizaje y valorar la posibilidad de los castigos físicos, ¡ah! y llevar allí a sus hijos/as.

Todo el mundo está de acuerdo en que los constructores de la torre de Pisa eran muy buenos, pero a nadie se le ocurriría plantear en la actualidad sus métodos de construcción.


IMAGEN ALBA LAMUELA


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